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Pedro Carreño le habla claro a los EEUU, ante una concentración chavista en Paraguachón, La Guajira[1]. |
"EEUU tiene el tupé de decir que Venezuela le sigue vendiendo petróleo, pero que ellos no lo van a pagar. Aquí hay un pueblo de pie, un pueblo despierto, un pueblo arrecho". --General Pedro Carreño
Por Antonio Maira
La guerra a través de estados títeres
Colombia se está manifestando como el principal país en el que su
gobierno -no su pueblo-, ha convertido la política exterior en el
instrumento para la realización de lo que ha sido su vocación continua:
la destrucción de Venezuela de la mano de los Estados Unidos.
Es el que podría llamarse “síndrome Santander”, a saber: la
tendencia irresistible a la eliminación de la revolución bolivariana y
la entrega de los dos países a las oligarquías locales y, a través de
ellas, a los Estados Unidos. Históricamente, esta tradición de los
militares se inició con la traición del general de ese nombre al gran
Simón Bolívar, general en jefe del Ejército Libertador.
Colombia, cuyo “establecimiento” (la élite de la gran
burguesía multimillonaria colombiana vinculada por un lado a la Iglesia
más reaccionaria; por otro, al cultivo y al tráfico de cocaína; así como
a la expulsión de campesinos con el empleo de las FFAA y los
paramilitares); ha participado en todo el ciclo de acciones violentas,
asesinas o genocidas en Venezuela durante los dos últimos años.
Ataque a la Venezuela de Maduro
Empezaron por el financiamiento, adiestramiento, organización y movilización de las “guarimbas”
con sus atentados a las infraestructuras básicas, la siembra del terror
en la población y los atentados mayores como los asaltos y destrucción
de centros de educación, centros públicos, medios de comunicación y
atentados en cuarteles y a las patrullas de la Guardia Nacional
Bolivariana. El estado colombiano ha permitido la escalada de estas guarimbas armadas
hasta llegar a la quema y asalto de cuarteles y de personas, por el
solo hecho –las segundas- de tener “aspecto de chavistas”, dicho de otra
forma: “por tener aspecto de gente del pueblo”.
Los crímenes de odio que comenzaron en época de Hugo Chávez y se
intensificaron en tiempos del Presidente Nicolás Maduro, tuvieron su
cénit en las proximidades de los dos golpes militares y del atentado con
dos drones contra las Fuerzas Armadas, el Presidente y miembros del
Gobierno y de su cúpula civil y militar. La compra el montaje y el
adiestramiento para manejar estos artefactos se realizó también en el
país colombiano. Fracasaron por la eficacia de las contramedidas contra
drones, la efectividad de los tiradores de precisión de la guardia
presidencial, y por el uso poco profesional de los mismos que hicieron
los terroristas tras un rápido adiestramiento. La subestimación de los
servicios de seguridad del Presidente Maduro ha sido un factor clave.
Un pésimo remake colombiano
Toda la intervención de la Colombia obediente a los EEUU ha sido
ascendente y ha intentado repetir las acciones desestabilizadoras de la
oposición en tiempos de Chávez.
En un proceso sin fin han llegado los atentados mayores como la
colocación de bombas, las concentraciones opositoras violentas tratando
de repetir los esquemas del golpe mediático-militar y
empresarial-sindical del 11 al 13 de abril de 2012 y sus sucesivas réplicas
como las huelgas petrolera y empresarial (centrada en las industrias
alimentarias y de transportes); en la concentración sostenida de altos
cargos militares en la Plaza de Altamira, con la enorme presión
sostenida en los cuarteles y el final trágico de una matanza programada
anteriormente. Finalmente en los intentos de someter a un “revocatorio
ilegal” -con listas amañadas-, al entonces presidente Chávez. Colombia
sirvió entonces de refugio y asilo al presidente Carmona y a buena parte
de los complotados en el golpe.
Retoques en el guion
Complementando todo eso, Colombia ha promovido y presentado medidas
para la implantación de guerras que han llevado -o intentado llevar-, a
Venezuela a la rendición total ante su propia oligarquía capitalista,
neocolonial y fascistizada; y a la entrega total del país y sus recursos
–fundamentalmente el petróleo, el coltan, el oro y las reservas de
divisas en el extranjero, a los intereses de Washington. Nada nuevo.
Esa ha sido la política colombiana desde el nacimiento de la República y
la revolución bolivarianas.
La élite del narcotráfico no cesa en su empeño. La propia capital, Bogotá, está acosada por los inmensos problemas[2],
del crimen organizado y de la droga. No podría ser de otra manera ya
que el gran país consumidor de la cocaína está en los Estados Unidos.
El diputado de la Asamblea Constituyente, Pedro Carreño, ante las
continuas y permanentes acciones de guerra de todo tipo que ha
protagonizado Colombia, ha detallado, fusil en bandolera, la naturaleza
de la criminal y genocida de la guerra económica y del bloqueo y
embargo, convertido en vulgar saqueo y piratería: robo de petróleo,
fondos en dólares, reservas de oro, bienes valorados en decenas de miles
de dólares.
¿Quién es Pedro Carreño?
Pedro Carreño no es cualquier diputado de la Asamblea Constituyente,
sabe muy bien ante quién habla, en este caso el canal privado de
televisión Globovisión[3],
y tanto los sectores populares venezolanos como colombianos le
entienden perfectamente; y saben a quién se dirigen sus palabras. Sin
complejo alguno, con la fuerza y la energía de los primeros capitanes de
Hugo Chávez, los que se identificaron con el pueblo masacrado en “el Caracazo” y se sublevaron para echar a los gobiernos responsables de aquella matanza.
Cuidando sus palabras para que se entiendan bien, el constituyente
Pedro Carreño aseguró en Globovisión que “si el Gobierno de Iván Duque
en Colombia se llegara a atrever a realizar una invasión militar contra
Venezuela” las FARV llegarán hasta Bogotá y “clavarán la bandera
venezolana en la capital neogranadina”. Asegurando con firmeza -ante un “presentador estrella”,
que cada vez estaba más nervioso y que cumplía su papel de mentir por
varios millones de dólares que proporcionaba la sección logística de
Falsimedia. El “presentador estrella” de Globovisión hizo todos los
esfuerzos para robarle la palabra, pero el excapitán de Hugo Chávez se
mantuvo durante toda la entrevista apegado a la verdad: “Tenemos las coordenadas del Palacio de Nariño, en 11 segundos un Sukhoi estaría en Bogotá”.
Ante una invasión militar de Colombia
Dispuesto a advertir a Washington que el intento de invadir a
Venezuela desde Colombia podría revertirse sin dificultad alguna, Pedro
Carreño advirtió[4]
que en ese caso las FARV “tomará el control de Bogotá” (...) antes de
que el ejército colombiano llegue a Maracaibo o a San Cristóbal”. Para
apuntalar sus palabras, y dirigirlas al enemigo concreto, el militar
Carreño aseguró que:
“A Colombia la atraviesa un río de lado a lado, basta con buscar en
internet para saber qué puentes lo atraviesan, ya nuestros Sukhoi lo
tienen, nuestras piezas de artillería. En 11 segundos un Sukhoi está en
Bogotá, tenemos las coordenadas del palacio de ‘Nariño’, las del lugar
donde vive la oligarquía”.
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El Gobierno caerá en Colombia, no en Venezuela
De hecho, ante esta guerra entre vecinos, alentada desde siempre por
los Estados Unidos en beneficio propio, es muy posible que el país en el
que una guerra tenga el efecto inmediato de la caída del gobierno y el
cambio de poder, sea Colombia, no Venezuela.
Previsiblemente el río al que se refiere Carreño es el Magdalena.
Revisen los lectores en Internet como aconseja Pedro Carreño y
advertirán que la guerra contra Colombia pedida a gritos por la
oligarquía cafetera de ese país, que ha sobrevivido gracias al Plan
Colombia, a la presencia protectora del paramilitarismo, a los “falsos
positivos” y a la presencia de las bases e instalaciones y bases
militares de los Estados Unidos, terminará, pese a los esfuerzos de Iván
Duque, en una derrota de Colombia con el estallido de la revolución es
ese país, y en la frustración total de Washington agobiado por la guerra
en varios frentes que le están estallando al mismo tiempo y por la
incapacidad absoluta de derrotar a Venezuela.
Venezuela centro estratégico del nuevo “Eje Continental”
Efectivamente, Venezuela tomará el control de Bogotá clavará su
bandera en la capital colombiana. Las FANB tendrán también la
responsabilidad de ·clavar esa bandera en Aruba y Curazao si estos
países “permiten la instalación sobre sus aguas de portaviones
estadounidenses para ayudar a la agresión militar contra Venezuela” y
para liberar a sus pueblos: “No es posible que a estas alturas sean
colonia de Holanda”. Es una advertencia directa a los países
colonialistas de la OTAN que amenazan a todas las colonias o neocolonias
en América Latina, en África y en el Gran Oriente Medio.
Es también un intercambio de miradas cómplices con los aliados de
Venezuela: Rusia, China, Irán, Turquía, Corea y una llamada a la
rebelión en todos los pueblos del “Eje continental” en América Latina.
La única política de paz posible
Es la única política de paz posible tal como han señalado
reiteradamente Nicolás Maduro y sus Ministros del Poder Popular para la
Información y la Comunicación, Jorge Rodríguez; y del Ministro para las
Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza. Ellos han demostrado la absoluta
complicidad de Colombia en todos los planes de desestabilización, de
invasión, de guerra económica, de guerra terrorista, de guerra
diplomática, de golpe de estado, de guerra híbrida y de guerra
asimétrica que sufre Venezuela y de todos los equipos que han trabajado
en ellas con la financiación lejana de los Estados Unidos y la próxima
de Colombia. Los equipos encargados de organizar las matanzas de la
cúpula política, militar y civil, y de los dirigentes sociales,
subsiguientes a los golpes de estado han operado también desde Colombia,
así como los subgrupos encargados de conectar y confirmar las acciones
terroristas y golpistas con los instrumentos operativos manejados
directamente por los Jinetes del Apocalipsis y de forma continua, á
golpe de redes sociales por el presidente Trump.
Carreño, que ha ocupado todos los puestos posibles en la dirección
operativa de la revolución bolivariana tanto en tiempos de Hugo Chávez
como en la de Nicolás Maduro recuerda también es sus palabras y en sus
hechos la imperiosa necesidad que tienen los antiguos capitanes de
Chávez y constituyentes de Maduro, de asumir las responsabilidades
políticas y militares de la revolución bolivariana y las que le
corresponden según el papel estratégico central que a nivel
internacional tiene la Venezuela socialista.
El plan criminal anunciado por la revista Semana
El constituyente Carreño denunció que Colombia había utilizado un
instrumento de la organización mediática colombiana para criminalizar,
satanizar y desprestigiar al pueblo y al Gobierno venezolano a sus
instituciones y a la revolución bolivariana, como parte de un plan para
crear las condiciones de una intervención. Ese Plan, incluye a los
militares desertores, tal como había documentado hace pocas semanas el
ministro Jorge Rodríguez.
“Sobre Venezuela se cierne un perverso, macabro y criminal plan para
satanizar y criminalizar y al gobierno de manera tal para generar las
condiciones que permitan una escalada de agresiones que terminen con el
control total del territorio y Colombia cual capín de América queriendo
matar a sus hermanos se ha prestado para volverse un portaviones de los
Estados Unidos para que se hagan ataques directos a Venezuela y no de
manera ruin como lo hace esta revista”.
Gina Haspel entra en escena
Ampliando los detalles, el general y actual constituyente, Pedro
Carreño, afirma que el plan fue diseñado por la actual directora de la
CIA, Gina Haspel, de papel sobradamente conocido en la secuencia de
torturas en Irak, durante las sesiones en la cárcel de Abu Ghraib. Poco
peso real para Trump (añade el autor de este artículo), ya que se
aquellos hechos se salen fuera de la memoria temporal que nos permite el
acceso a Internet.
El antiguo oficial de confianza de Hugo Chávez, Pedro Carreño añade
que Iván Duque recibió un informe falso para que realice su misión según
los planes de la CIA. Es posible (añado yo de nuevo) que tal informe
haya sido entregado a Bachelet para abrir de nuevo el campo diplomático
de acuerdo con los intereses de Washington.
Según información muy resumida de La Iguana TV, ampliada un poco en
este artículo, las intervenciones directas de Colombia contra Venezuela,
en esta última guerra contra la revolución bolivariana -en época de
Nicolás Maduro- han sido las siguientes:
-Guerra diplomática en la OEA y el Grupo de Lima.
Tal guerra en la OEA, se ha desarrollado con la aceptación de los
delegados de Guaidó, después del abandono de la organización venezolana
anunciada previamente por Venezuela[5].
La guerra sucia realizada por esta organización: “Ministerio de las
colonias de los EEUU” (según la bautizó Fidel Castro) ha sido
aprovechada por Estados Unidos para proponer, de manera ilegal la
activación del TIAR, otra barbaridad jurídica y democrática que pone de
manifiesto la cadena de vinculaciones coloniales al poder imperial que
todavía actúan en América Latina y (con función de apoyo diplomático,
mediático y de aparato militar, si hace falta, algunos países de la UE).
España, por ejemplo: -en sus dos versiones de gobierno- como “cabeza de serie” indiscutible.
En cuanto al Grupo de Lima, creado a instancias de Michelle Bachelet,
según las directrices de la CIA, Colombia ha sido uno de los miembros
más activos en la activación de todos los campos posibles de la guerra
contra Venezuela.
-Intentos de asesinato de Maduro
Todos ellos llegaron precedidos de procesos de generación de
violencia armada cuyo principal exponente es la actuación de
“guarimbas”, con decenas de muertos, indiscriminados y cientos de
heridos. La aplicación sistemática y la generalización del terror, es
siempre una práctica planeada y organizada de una manera muy precisa.
Con frecuencia viene precedida de una preparación mediática vinculada a
la actuación de Falsimedia como conjunto “orgánico” y
“funcional” de casi la totalidad de los medios de comunicación social.
Los reclamos al asesinato del presidente Nicolás Maduro, han sido
continuos. Buena parte de ellos han tenido el efecto de un detonador
informativo con explosión inicial en Colombia.
-Cruce de los puentes e intervenciones de los paramilitares.
La presencia de los presidentes de Colombia y de Chile en la
promoción de los sucesivos días “D” fueron fundamentales para producir
un impacto mediático. El fracaso de cada uno de ellos tuvo un efecto
rebote. Así ocurrió con la entrada de material “humanitario”, anunciado
cono alimentos y medicinas y precedido por una fiesta por la Libertad.
La evidencia del control de la fiesta por un empresario vinculado a la
mafia anticubana de Miami, con unos artistas en su mayoría propuestos
por narcotraficantes, fue demasiado. Más tarde llegarían los desacuerdos
en el reparto del botín entre los pocos militares desertores y su
abandono por parte de los políticos colombianos.
La carga “humanitaria” resultó ser unas cuantas cajas de raciones de
combate y material de guerra para los paramilitares colombianos metidos
en la tarea. Se produjeron algunas infiltraciones bajo el puente viejo y
ataques a municipios sofocados inmediatamente por las unidades
especiales de las FARV y por la milicia bolivariana. A partir de
entonces, el presidente colombiano, que quedó en ridículo ante el
despliegue de medios internacionales. Los días “D” acabaron aburriendo a
los ciudadanos y ciudadanas de Venezuela.
-Adiestramiento de golpistas
Fundamentalmente en el segundo de los golpes, en el que se intentó,
sin éxito alguno, la concentración de unidades militares en las
proximidades de la Plaza de Altamira y el ataque al aeropuerto más
próximo. El único éxito, que se convirtió más tarde en derrota, fue la
excarcelación de Leopoldo López -antiguo “guarimbero” contra
Chávez- que escapó de cárcel y buscó refugio en la embajada de España en
dónde una unidad militar española se dedicó a hacerle un túnel para
facilitar su huida.
La familia y la oposición venezolana golpista continúa comprando
pisos de lujo en Madrid, bajo protección policial de la entonces
alcaldesa Carmena quién permitía sus manifestaciones y disolvía a
porrazos a los grupos de solidaridad con Venezuela.
-En la presentación pública de las últimas conspiraciones golpistas
que realizó el ministro Jorge Rodríguez, se presentaron diversos
documentos y grabaciones de vídeo y sonoras en las que se perfilaba un
organigrama operativo que permitía reproducir con facilidad los
componentes de un nuevo golpe. En estas reuniones se anunciaba entre
conspiradores la organización de un operativo suficiente para “echar
abajo” los Sukhoi, claves de la defensa aérea antimisiles y de combate; y
terrestre antimisiles, de Venezuela.
No solo eso, militares en activo, oficiales de baja graduación, y
grupos de militares retirados con residencia en Colombia y contactos
dobles: con el paramilitarismo colombiano y con la CIA, desestimaban al
golpismo civil y organizaban un golpe seguido de una matanza de
dirigentes y militantes chavistas, militares leales al Presidente Maduro
y funcionarios del Gobierno[6].
-Ataques a las instituciones del gobierno, y
elementos estructurales de las misiones. Fundamentalmente transporte,
vivienda, sistema de salud y de educación. Ataque a hospitales,
guarderías.
-Participación en los apagones y apoyo a la guerra económica
En estos frentes la oposición perdió el poco prestigio que tenía ante
el pueblo venezolano. La división en clases sociales en lucha se puso
de manifiesto. En las zonas populares de Caracas, Guaidó, evidentemente
vinculado a la oligarquía venezolana, al fascismo y al imperialismo de
Estados Unidos tuvo que salir de estampida de los barrios populares en
los que su caravana de coches que formaba el suyo con los escoltas fue
localizado y apedreado por los comités de barrio y las agrupaciones de
vecinos.
[1] https://theworldnews.net/ve-news/pedro-carreno-con-un-fusil-de-corbata-le-habla-a-una-pequena-concentracion-en-paraguachon
[2] http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/09/12/colombia-crimen-organizado-violencia-y-narcotrafico-acechan-bogota/
[4] Resumen latinoamericano:
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