
Escrito por Alejandro Torres Rivera / MINH
El pasado 12 de enero, Barack Obama, en
su calidad de presidente de Estados Unidos de América, presentó su
Informe sobre el estado de la Unión al pueblo estadounidense. De acuerdo
con la Constitución de su país, el Artículo II, Sección 3, dispone que
el presidente de Estados Unidos, ¨de tiempo en tiempo dará al Congreso
información del Estado de la Unión y recomendará para su consideración
medidas que juzgue necesarias y convenientes.¨
Esta tradición, iniciada bajo la
presidencia de George Washington el 8 de enero de 1790, se ha venido
desarrollando en Estados Unidos, pesar de que no todo el tiempo haya
sido mediante una comparecencia oral del Presidente ante el Congreso. De
hecho, entre el 1801, cuando Thomas Jefferson optó por someter su
Informe por escrito y hasta la presidencia de Woodrow Wilson en 1913,
los presidentes no solían comparecer a dar su discurso ante el Congreso.
La práctica reiniciada por parte de Wilson, sin embargo, se ha
mantenido por los pasados 93 años.
Quienes han tenido la oportunidad de
observar el proceso que precede la lectura de un discurso por parte del
Presidente, habrán notado que éste no se encuentra presente en el salón
interior del Congreso hasta tanto no es invitado a comparecer por el
Presidente(a) de dicho cuerpo. Igual ocurre en Puerto Rico con el
Mensaje sobre el Estado del país que ofrece el gobernador anualmente. Se
trata, en ambos casos de un discurso en el cual el funcionario al
frente del Poder Ejecutivo debe hacer alguna descripción de los asuntos
más urgentes del país, a la vez que poner en conocimiento a las Ramas
Legislativa y Judicial, así como al pueblo, de las medidas o pasos que
se propone tomar durante el año.
El discurso presentado por Obama este
año, si bien constituyó una reiteración o prolongación de algunos temas y
propuestas presentadas en sus anteriores discursos sobre el estado de
la Unión, también presentó propuestas en alguna medida noveles o
innovadoras.
En un discurso en el cual el presidente
lucía muy relajado y confiado en sí mismo, lanzó de entrada el reto a
los republicanos a trabajar en conjunto en varias ¨prioridades
bipartidistas¨, las cuales identificó como ¨la reforma de la justicia
penal y ayudar a la gente que está luchando contra la adicción a
fármacos de prescripción.¨ Este señalamiento se produce en un contexto
en su país donde cada vez son más las voces que se levantan reclamando
la despenalización del uso de ciertas sustancias controladas
consideradas hoy su consumo como ilegales. Tal es, por ejemplo, el caso
del consumo con propósitos personales, medicinales o recreativos de la
marihuana.
Otras propuestas que el presidente puso
sobre la mesa fueron la prestación de ayuda a los estudiantes para
programar un código informático y personalizar los tratamientos médicos
para la población estadounidense. Si bien había sido una promesa de
campaña de Barack Obama al acceder a la presidencia durante su primer
cuatrienio, una vez más habló de la necesidad de una reforma al sistema
de inmigración. A pesar de que hoy Obama pueda levantar como excusa el
control republicano de la Cámara de Representantes y el Senado para
justificar el fracaso de su promesa para una nueva ley de inmigración,
lo cierto es que cuando tuvo el control del Congreso no lo hizo. Más
aún, si bajo algún presidente se han incrementado las deportaciones de
ciudadanos extranjeros en Estados Unidos, ha sido precisamente bajo su
Administración.
En el tema de los derechos laborales,
Obama abogó por mejoras en el salario mínimo, la igual paga por igual
trabajo, y las licencias con paga. Estos, sin embargo, son asuntos sobre
los cuales hoy Estados Unidos se encuentra muy rezagado con relación a
otros países primermundistas.
En un discurso dirigido a dejar sentado
para la historia lo que él considera es su legado al pueblo de Estados
Unidos, Obama indicó que concentraría sus propuestas en medidas que
tengan pertinencia para los ¨próximos cinco años, diez años y en
adelante.¨ Destacó cómo su país había logrado bajo su administración
recuperarse de ¨la mayor crisis económica en varias generaciones¨;
reformado su sistema de salud, reinventado el sector de la energía,
aumentado los beneficios del personal militar activo y para los
veteranos; y apropiándose parcialmente de lo que es una determinación
del poder judicial y no de la Rama Ejecutiva, logrado que ¨en cada
estado¨ las personas pudieran casarse con la persona que aman.
En cuanto a los aspectos sustantivos de
su discurso, Obama concentró en cuatro áreas esenciales: (a) la
posibilidad de oportunidades y seguridad económica: (b) el uso de la
tecnología a favor del ciudadano y no en contra de éste; (c) que Estados
Unidos garantice la seguridad de Estados Unidos sin convertirse en el
policía del mundo, algo que por primera vez que sepamos, Estados Unidos
admite en un mensaje del presidente sobre el estado de la Unión; y (d)
cómo Estados Unidos lograr proyectar su mejor cara en cuanto a sus
virtudes en lugar de sus defectos.
Sobre el primer punto, el mensaje
destaca cómo Estados Unidos ha logrado recuperar su estabilidad
económica, criticando con la frase ¨vendiendo humo¨, a aquellos que
insisten en su declive económico. Ello a pesar de que reconoce lo
difícil que es para una familia estadounidense ¨salir de la pobreza¨;
para los jóvenes ¨mucho más difícil comenzar sus carreras¨, y para los
trabajadores, la posibilidad de ¨jubilarse cuando lo desean.¨ En el
mensaje propuso mejor acceso a la educación universitaria y a las
tecnologías; educación gratuita durante los primeros dos años de colegio
para lo que denominó estudiantes ¨responsables¨ y reducciones en los
costos de los estudios universitarios.
Para los sectores en Estados Unidos que
trabajan, prometió el fortalecimiento del Seguro Social; la ampliación
de la cobertura médica a bajo precio; un sistema de ¨seguro salarial en
la transición de un empleo a otro; la transferencia de los derechos de
jubilación de un empleo a otro y la ampliación de las ofertas de empleo.
Interesantemente, sobre todo viniendo de Obama en un mensaje de esta
naturaleza, admitió que ¨la crisis financiera no la causaron las
personas que reciben cupones de alimentos; la provocó la imprudencia de
Wall Street.¨
En el área de la investigación
científica, formuló una especie de compromiso con la búsqueda y
encuentro de la cura para el cáncer y el desarrollo de ¨fuentes de
energía limpia¨. Señaló de paso su disposición a ¨presionar para cambiar
la forma en que gestionamos nuestros recursos de petróleo y carbón.¨ Lo
cínico en ello, sin embargo, es que tal ¨presión¨ proviene de quien
durante su administración ha conferido permisos de exploración y
extracción de petróleo en el Polo Norte y Alaska; ha ampliado los
procesos de extracción de petróleo y gas natural utilizando la
tecnología rechazada por grupos ambientalistas conocida como ¨fracking¨,
todo ello para favorecer intereses económicos y no precisamente
intereses vinculados a la protección del medio ambiente. Finalmente,
Obama en este renglón abogó por el establecimiento de un ¨sistema de
transporte del Siglo XXI¨, esto sin identificar a qué se refiere el uso
del término.
La mitad de su discurso, sin embargo,
está dedicado esencialmente al tema de la seguridad de Estados Unidos
frente a sus amenazas. Reconociendo el alto costo que representa para
dicho país el complejo militar-industrial, (el cual indica Estados
Unidos gasta más en aspectos militares ¨que las siguientes ocho naciones
juntas¨), señala que ninguna nación se atreve a atacar a Estados Unidos
ni a sus aliados. Indica que el ¨sistema internacional¨ creado por su
país tras la Segunda Guerra Mundial, le está ¨costando seguir el ritmo¨
de las nuevas realidades.
Para Obama, la prioridad número uno de
Estados Unidos es ¨la protección del pueblo estadounidense y la
persecución de las redes terroristas.¨ Pero de ahí a afirmar que el
involucramiento de Estados Unidos en la multiplicidad de conflictos de
los cuales participa forman parte de una ¨Tercera Guerra Mundial¨ es
asumir el discurso de los enemigos de Estados Unidos. Refiriéndose a Al
Qaeda o al ISIS, indica que ¨no son una amenaza¨ para la existencia
nacional de Estados Unidos. De hecho, asumiendo un discurso de
barricada, es decir, para las gradas, este ¨Premio Nobel de la Paz¨
lanza un reto al Congreso: ¨Si este Congreso se toma en serio el ganar
esta guerra y quiere enviar un mensaje a nuestras tropas y al mundo,
debería autorizar de una vez el uso de las fuerzas militares contra
ISIL¨, también conocido como ISIS o EIIL. Si el Congreso recoge el
guante del suelo y aprobara la apuesta hecha por Obama en su discurso,
antes de concluir su mandato se habría desarrollado la tercera operación
militar con fuerzas estadounidenses en tierra, mar y aire que este
Premio Nobel de la Paz impulsaría en ocho años de administración.
Cual si fuera el Oráculo de Delfos en la
Antigua Grecia, en su discurso Obama indica que aún sin la presencia
del ISIS en Medio Oriente o en otras regiones, ¨la inestabilidad
continuará durante décadas en muchas partes del mundo: en Oriente Medio,
en Afganistán y Pakistán, en partes de Centroamérica, África y Asia.¨
Lo que no dice el presidente Obama es que si hoy tales situaciones
existen y si hoy organizaciones como ISIS y Al Qaeda existen, es porque
son las criaturas y los engendros de Estados Unidos y algunos de sus
principales aliados. A pesar de la responsabilidad de Estados Unidos
como país en el desarrollo de estos conflictos, Obama evade cualquier
tipo de responsabilidad indicando que Estados Unidos no puede hacerse
cargo y reconstruir cada nación o Estado que entre en crisis.
El mensaje reivindica para Estados
Unidos, una vez más, la doctrina de la guerra preventiva. A tales
efectos, Obama proclama que su país. ¨siempre entrará en acción, de ser
necesario por su propia cuenta, para proteger nuestro pueblo y a
nuestros aliados; pero con respecto a los temas de interés global,
movilizaremos al mundo para que trabaje con nosotros, y nos aseguraremos
de que otros países pongan su parte.¨
Sobre algunos temas de carácter global,
señala como éxitos de su Administración y claro está de su legado (sin
reconocer méritos a nadie más), el Tratado sobre uso de la energía
atómica por parte de la República Islámica de Irán y la detención de la
epidemia del ébola en África. Al así hacerlo, deja de reconocer los
esfuerzos de otros Estados como la Federación Rusa en los esfuerzos para
el Tratado sobre uso de la energía nuclear por parte de Irán; como
también la extraordinarias aportaciones hechas por la República de Cuba
en el combate contra el ébola en África.
En el caso de la Alianza Transpacífica
señala con gran entusiasmo cómo gracias ese Tratado, Estados Unidos
logra reducir en los países que lo integran los impuestos que antes
imponían éstos en la protección de sus propias economías a 18 mil
productos provenientes de Estados Unidos. De esta manera, igualmente en
su discurso, Obama se vanagloria de que ahora, ya no es la República
Popular China quien ¨determina las reglas en esa región si no nosotros.¨
Otro aspecto que destaca como un logro
por parte de su Administración es el restablecimiento de relaciones con
Cuba, urgiendo al Congreso a que termine de una vez el Bloqueo impuesto
por Estados Unidos. En realidad, si algo indica el restablecimiento de
relaciones entre estos dos países es el gran triunfo del pueblo cubano,
que en la defensa de su soberanía y su Revolución, aún al precio que ha
habido que pagar en más de medio siglo de Bloqueo, ha logrado imponer a
Estados Unidos una rectificación histórica a decisiones adoptadas por
administraciones demócratas y republicanas.
Con relación a situaciones de compromiso
de Estados Unidos con países como Colombia o Ucrania, se mantiene por
Obama la misma postura de los pasados años. En su discurso insiste en
cumplir la promesa hecha cuando era candidato a la presidencia hace
siete años: el cierre de la prisión de Guantánamo. Esta vez sin embargo,
el fundamento de derechos humanos desaparece siendo sustituido por
meras consideraciones económicas y políticas: es muy costoso para
Estados Unidos el mantenimiento de la prisión; y su permanencia, sirve a
manera de ¨panfleto de reclutamiento¨ para los enemigos de Estados
Unidos.
Sin hacer una referencia directa al pre
candidato republicano Donald Trump al referirse a que se prohíba la
entrada de musulmanes a Estados Unidos, hizo un llamado a ¨rechazar
cualquier política que apunta a determinadas personas por motivos de
raza o religión.¨ Por ello señala, que cuando ¨los políticos insultan a
los musulmanes, cuando se destroza una mezquita, o un chico es víctima
del bulling, eso no nos hace más seguro.¨ Estas palabras, sin
embargo provienen dentro del marco de uno de los cuatrienios más
violentos contra ciudadanos negros y otras minorías, sean raciales en
Estados Unidos, incluyendo minorías religiosas no cristianas, como es la
religión musulmana.
Como otros presidentes en el pasado y
como él mismo ha dicho en mensajes anteriores, se recurre al discurso de
lo que significa la democracia en Estados Unidos como si ese fuera el
parámetro de lo que debe ser la democracia para el resto del mundo. Se
pierde de perspectiva el hecho de que es precisamente en Estados Unidos
donde precisamente esa democracia cada vez se encuentra más reducida
para sus minorías; cuando los derechos que ofrece su Constitución cada
vez desde el punto de vista práctico, se reducen más para la generalidad
de sus ciudadanos; cuando cada día las minorías en Estados Unidos son
más cercadas por un Estado que les oprime y reprime; y cuando cada vez
más, el carácter guerrerista de ese país se hace más crudo destruyendo
Estados que hasta ahora, con sus virtudes y deficiencias, eran estados
funcionales sustituyéndolos por ¨Estados fallidos¨.
Mientras esto ocurre, aquí en Puerto
Rico se reclama ante Obama y Obama hace el sordo, que se excarcele a
Oscar López Rivera mediante la conmutación de su sentencia; que Estados
Unidos asuma su responsabilidad con la crisis fiscal que vive su
colonia; que Estados Unidos asuma su deber y responsabilidad en
viabilizar el ejercicio del derecho a la libre determinación del pueblo
puertorriqueño; que Estados Unidos descontamine los terrenos de Vieques,
Culebra y Desecheo; y que Estados Unidos cese la conculcación de los
derechos soberanos del pueblo puertorriqueño. Sobre esto y mucho más
Obama guarda silencio limitándose a indicarle ante el requerimiento
hecho sobre la crisis económica en Puerto Rico por parte del Comisionado
Residente, la frase: ¨we are working on that¨ (estamos trabajando en
eso).
Más allá de su presidencia y lo que
Obama como presidente considere ha sido su legado, Puerto Rico y el
mundo sigue en espera de que algún día, algún presidente de ese país,
reconozca para el resto de la humanidad lo que es el derecho que Estados
Unidos reclama para sí mismo: el derecho de cada pueblo a su libre
determinación y el derecho a escoger por ellos mismos el tipo de
sociedad que entiendan les corresponde, ello sin injerencia extranjera
de clase alguna.
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